Tabla de contenidos
Desenlace fatal: murió femicida de Treinta y Tres que asesinó a la maestra Natalia Barbat
El departamento de Treinta y Tres y el país entero siguen conmocionados por el brutal femicidio ocurrido este domingo, que tuvo como víctima a la maestra Natalia Barbat. Este lunes, el caso dio un giro final, aunque esperado: el hombre que mató a su expareja, y que se encontraba internado en grave estado, falleció. Con la confirmación de que murió femicida de Treinta y Tres, se cierra el ciclo de la vida de los involucrados en esta terrible tragedia, pero se abre un debate profundo sobre las fallas institucionales en la protección a las víctimas de violencia de género.
El agresor permanecía en un centro asistencial desde el domingo, cuando protagonizó el ataque fatal en una estación de servicio. Había ingresado al CTI en condición crítica tras dispararse en la cabeza luego de asesinar a la mujer. La noticia de que murió el hombre fue confirmada al mediodía, poniendo fin a la expectativa sobre su estado de salud, que era irreversible desde el momento del ingreso. Su fallecimiento evita un juicio penal, pero no mitiga la sensación de desamparo que rodea al caso en la comunidad.
La secuencia del horror y la agonía del agresor
El femicidio ocurrió en circunstancias que demuestran la desesperación de la víctima y la determinación del agresor. La mujer, identificada como la maestra Natalia Barbat, llegó pidiendo ayuda en una moto a la estación de servicio ubicada en la Ruta 8. Detrás de ella, y sin darle tregua, llegó su expareja, portando un arma, decidido a consumar el crimen.
Según el parte oficial, el hombre acorraló a la mujer y ambos se encerraron en una habitación del comercio. Apenas minutos después, cuando la Policía ya estaba llegando al lugar, se escucharon detonaciones. El hombre efectuó un disparo contra Barbat, causándole la muerte instantánea. Acto seguido, se disparó en la cabeza en un intento de suicidio. Los médicos constataron que la mujer no presentaba signos vitales, y el hombre, que hoy murió, fue trasladado de urgencia, agonizando en el camino.
El cese de la tobillera que permitió el ataque
El Ministerio del Interior (MI) brindó un detalle crucial que pone el foco en el sistema de protección a las víctimas. Las personas involucradas, expareja, habían estado bajo control de monitoreo electrónico, conocido popularmente como tobillera electrónica, hasta el pasado 1º de octubre de 2025.
El MI informó que las medidas cautelares finalizaron en el plazo previsto judicialmente y, según indicaron, no existían denuncias posteriores entre las partes. La Justicia, entonces, dispuso el retiro del dispositivo electrónico a partir de esa fecha. La confirmación de que murió el femicida reaviva la pregunta fundamental: ¿Hubiera podido evitarse el crimen si el monitoreo electrónico se hubiera mantenido, o si el riesgo se hubiera reevaluado? La FUM TEP y otras organizaciones ya han señalado esta falla como una responsabilidad directa del Estado ante la violencia machista.
El luto en la comunidad educativa de Treinta y Tres
Natalia Barbat era una maestra querida y respetada en Treinta y Tres, y su brutal asesinato conmocionó profundamente a la comunidad educativa. Colegas, alumnos y padres de la Escuela N°25 manifestaron su profundo dolor y su indignación por la violencia machista que cobró una nueva vida. La muerte de la maestra y el posterior deceso del hombre, cierran el capítulo judicial del agresor, pero no la herida social.
La Asociación de Maestros de Uruguay (Ademu) también se sumó al repudio, exigiendo políticas públicas que realmente garanticen la seguridad de las mujeres en un contexto donde el riesgo es permanente. La movilización social que se generó en Treinta y Tres en homenaje a Natalia es un claro reflejo del hartazgo de la sociedad uruguaya ante la recurrencia de estos crímenes fatales.
La figura del agresor y el cierre de la causa penal
La fiscal de segundo Turno Ana Segovia estaba a cargo de la investigación del caso. Pese al fallecimiento del agresor, la Fiscalía deberá completar los trámites correspondientes para archivar la causa penal contra el hombre . La investigación se concentrará ahora en esclarecer los antecedentes que llevaron a la Justicia a levantar las medidas cautelares, y si existió alguna comunicación o amenaza previa no registrada por la Policía o los familiares en el período de dos meses sin tobillera.
El hombre, al igual que la víctima, era conocido en la ciudad, y su fallecimiento bajo estas circunstancias trágicas marca un desenlace que, si bien era inevitable dada la gravedad de sus heridas, no proporciona el cierre que muchas víctimas y colectivos esperan de un proceso judicial público. La pena, en este caso, fue impuesta por el propio agresor, pero la falta de un proceso deja sin respuesta los fallos institucionales.
El caso en el que la maestra Natalia Barbat fue asesinada y el agresor muerto es un espejo de las fallas sistémicas en la lucha contra la violencia de género. Dado que no habrá juicio oral, ¿cómo debe la sociedad y el Estado uruguayo garantizar que el debate sobre el retiro de las tobilleras electrónicas y la protección a las víctimas no quede en el olvido, más allá de este trágico desenlace?