Uruguay Al Día
Narcoterrorismo en Venezuela: una nueva fase de la operación Lanza del Sur
Narcoterrorismo en Venezuela: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este martes que las fuerzas militares norteamericanas iniciarán operativos en tierra contra redes de narcotráfico vinculadas al régimen de Nicolás Maduro. Se trata de una nueva fase de la operación Lanza del Sur, desplegada por el Pentágono desde septiembre, que hasta ahora se había concentrado en acciones navales y aéreas en el Caribe.
El anuncio fue realizado durante una reunión con su gabinete en la Casa Blanca, en un clima marcado por tensiones diplomáticas y militares entre Washington y Caracas. “Iniciar operaciones en tierra es mucho más fácil. Conocemos las rutas que toman, sabemos dónde viven, y vamos a empezar con eso muy pronto”, expresó Trump ante periodistas.
Hasta el momento, Estados Unidos asegura haber destruido una veintena de embarcaciones y provocado más de 80 muertes de narcotraficantes en lo que describe como ataques preventivos. La administración Trump sostiene que el objetivo es cortar las rutas logísticas del narcotráfico coordinadas desde Venezuela y debilitar al Cartel de los Soles, organización que vincula directamente con el presidente Nicolás Maduro.
La ofensiva se produce en un contexto de relaciones rotas con el mandatario venezolano, cuya reelección no fue reconocida por Washington. Además, Estados Unidos mantiene una recompensa por la captura de Maduro, acusado de liderar un entramado criminal con alcance regional.
Según fuentes citadas por Reuters, Maduro intentó negociar una salida bajo garantías estadounidenses. En una llamada telefónica con Trump, realizada el 21 de noviembre, habría solicitado amnistía para él y su familia, el retiro de sanciones y la suspensión de procesos judiciales internacionales. Incluso sugirió que Delcy Rodríguez asumiera un gobierno interino con vistas a nuevas elecciones.
Trump rechazó la mayoría de las peticiones y le otorgó un plazo de una semana para abandonar el país con salvoconducto. Esa opción expiró el viernes pasado y, tras el vencimiento, Estados Unidos decretó el cierre total del espacio aéreo venezolano.
El refuerzo militar estadounidense ha generado polémica. Medios norteamericanos publicaron versiones que cuestionan si, tras un ataque a una embarcación, hubo órdenes para eliminar sobrevivientes. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, negó cualquier irregularidad y aseguró que los operativos fueron legales y aprobados por la cadena de mando. Trump respaldó a Hegseth y calificó la cobertura periodística como “infundada”.
En Caracas, el régimen de Maduro rechaza todas las acusaciones y denuncia que Washington busca forzar un cambio de régimen para controlar los recursos petroleros. El lunes se realizaron marchas en defensa de la “soberanía nacional” y en rechazo a las amenazas estadounidenses.
La región permanece atenta a cualquier movimiento en el tablero diplomático y militar. Los operativos en tierra anunciados por Trump marcan un cambio de estrategia respecto a las acciones navales y aéreas previas. La advertencia de considerar el espacio aéreo venezolano “cerrado en su totalidad” refuerza la presión sobre Caracas y aumenta la incertidumbre regional.
El debate sobre el alcance de las órdenes militares y las consecuencias de la ofensiva sigue abierto. La designación del Cartel de los Soles como organización terrorista extranjera por parte de Washington añade un componente jurídico y político que puede tener repercusiones internacionales.
En paralelo, las sanciones económicas y las acusaciones de terrorismo contra funcionarios venezolanos continúan debilitando la posición del régimen chavista. La falta de opciones para Maduro y su círculo cercano incrementa la tensión en Caracas, mientras las marchas oficialistas intentan mostrar respaldo interno.
El anuncio de Donald Trump sobre operativos en tierra contra el narcoterrorismo en Venezuela también repercute en países vecinos como Colombia y Brasil, que observan con atención el posible desplazamiento de rutas del narcotráfico hacia sus fronteras. Expertos en seguridad regional advierten que una intervención directa podría modificar el mapa del crimen organizado en Sudamérica, generando nuevas tensiones en zonas limítrofes y obligando a reforzar la cooperación internacional.
En paralelo, organizaciones de derechos humanos han manifestado preocupación por el alcance de las operaciones militares y el riesgo de que se produzcan violaciones en el terreno. La administración estadounidense insiste en que los ataques se realizan bajo protocolos legales y con autorización de la cadena de mando, pero la polémica sigue abierta.
La pregunta que se instala en la región es inevitable: ¿hasta dónde está dispuesto Estados Unidos a avanzar en su enfrentamiento con Maduro y el narcoterrorismo en Venezuela?