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Nacional campeón uruguayo tras un clásico que se resolvió recién en la prórroga
Nacional se consagró campeón uruguayo en una final vibrante disputada en el Gran Parque Central, donde derrotó 1-0 a Peñarol gracias a un gol agónico de Christian Ebere durante el alargue. El equipo tricolor cortó así una racha de dos temporadas sin lograr el título y transformó su estadio en una fiesta que se extendió mucho después del pitazo final. Desde el inicio, el conjunto de Jadson Viera buscó marcar presencia y aprovechar la localía, proponiendo un juego directo hacia sus delanteros para intentar inquietar cuanto antes al equipo aurinegro.
El plan tricolor se basó en presionar alto, ganar los duelos iniciales y forzar pérdidas en zonas que permitieran atacar con verticalidad. Tanto Maximiliano Gómez como Gonzalo Carneiro empezaron a imponerse en los choques con los zagueros rivales, generando las primeras insinuaciones de un encuentro que desde temprano mostró la tensión típica de un clásico definitorio.
Una primera mitad intensa, friccionada y con chances repartidas
En los primeros minutos aparecieron dos aproximaciones claras de Nacional, una de Gómez y otra de Luciano Boggio, que abrieron el partido con señales de peligro. La más clara en esa etapa inicial llegó tras una maniobra de Boggio en la que remató desde una posición inmejorable, aunque el disparo se fue muy alto. A los cuatro minutos, el clima caliente del duelo quedó en evidencia con los primeros empujones entre futbolistas de los dos equipos, tras una falta de Nicolás López sobre Pedro Milans que derivó en la primera tarjeta amarilla de la tarde.
Peñarol respondió rápido y reclamó penal sobre Leonardo Fernández, que cayó en el área tras un cruce con Diego Romero. Esa acción generó cruces verbales entre Matías Arezo y Julián Millán, lo que aumentó la tensión. Con el correr de los minutos, la posesión se repartió, pero Nacional volvió a tomar el control territorial y generó un remate débil de López y un cabezazo de Carneiro que Brayan Cortés controló sin sobresaltos.
El trámite se tornó trabado, cortado y repleto de protestas. Ambos equipos apostaron a dividir la pelota, limitados por la presión rival y las dificultades para progresar por las bandas. Nacional tuvo otra llegada con un disparo de media distancia de Christian Oliva que obligó al arquero chileno a intervenir. Peñarol respondió con un remate desviado de Eric Remedi, quien minutos más tarde recibió amarilla por una dura falta.
La ocasión más clara del primer tiempo fue para Peñarol, cuando Arezo recibió un pase de Maxi Silvera y un control largo le impidió terminar la jugada con comodidad. El delantero remató apenas afuera. Antes del descanso hubo más amonestados, reflejando el clima tenso y la disputa constante por cada balón.
El segundo tiempo mantuvo la intensidad y abrió espacios en ambos equipos
El complemento comenzó sin cambios, aunque Nacional generó una acción clarísima gracias al Diente López, quien quedó mano a mano pero definió ancho. Aguirre movió el banco y mandó a Leandro Umpiérrez por Remedi, lo que derivó en nuevas fricciones y amonestaciones. Carneiro vio la amarilla por un agarrón y el propio Umpiérrez la recibió al minuto de ingresar.
A los 65 minutos, Nacional volvió a acercarse con una jugada que comenzó y terminó en los pies de Romero: despejó en defensa, se sumó a la transición ofensiva y conectó un zurdazo que pasó muy cerca. Peñarol tomó el control sobre el final del tiempo reglamentario, generando dos tiros libres de Fernández que se fueron por poco.
Los tricolores, conscientes del desgaste, parecieron guardar energías para el alargue, mientras Peñarol intentaba evitar que el partido se extendiera. El cierre del segundo tiempo encontró a ambos equipos imprecisos, aunque con Peñarol algo más adelantado.
Un alargue electrizante que terminó coronando a Nacional campeón uruguayo
En la prórroga, ambos técnicos ajustaron piezas para buscar la diferencia. Apenas iniciada la etapa extra, Nacional celebró un gol de Sebastián Coates tras un centro de Nicolás Rodríguez, pero el VAR lo anuló por fuera de juego del capitán. La respuesta aurinegra llegó con un tiro libre lejano de Fernández que pasó por arriba y con un fuerte disparo de Umpiérrez que dio de lleno en el palo, en lo que pudo haber cambiado la historia del partido.
Viera introdujo tres variantes clave: Christian Ebere, Nicolás Lodeiro y Juan Pablo Patiño. Esos ingresos le dieron aire nuevo a Nacional y permitieron recuperar movilidad y presión en ataque. Del otro lado, Peñarol apostó a los ingresos de Báez y luego de Muhlethaler.
El gol que definió el campeonato llegó cuando restaban poco más de cinco minutos. Ebere, que había entrado enchufado, presionó a Emanuel Gularte, le robó la pelota al borde del área y sacó un disparo potente al primer palo que dejó sin reacción a Cortés. El Parque explotó y Nacional confirmó su condición de campeón uruguayo en una final que tuvo intensidad, polémica y emoción hasta el desenlace.
El equipo de Viera sostuvo la ventaja en los minutos finales y terminó abrazándose en una celebración que coronó un recorrido largo y lleno de obstáculos. Peñarol, pese a sus intentos, no logró quebrar a una defensa tricolor que creció en los momentos clave.
¿Fue este el impulso definitivo para que Nacional campeón uruguayo piense en un 2026 con mayor estabilidad y un proyecto deportivo firme?