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El MGAP intensifica su estrategia para contener la garrapata en Uruguay
El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca profundizó durante los últimos meses un conjunto de medidas destinadas a reducir el avance de la garrapata en Uruguay, una parasitosis que afecta la salud del ganado vacuno y genera pérdidas económicas significativas en los sistemas productivos. Más de 2.500 productores recibieron acompañamiento técnico en cuatro meses, en un trabajo que reúne asesoramiento, capacitación, vacunación experimental y desarrollo de nuevas herramientas biológicas.
Las autoridades definieron como prioridad nacional fortalecer el Plan de Lucha contra la Garrapata, dado que la presencia del parásito se ha expandido en varias zonas del país. La Dirección General de Servicios Ganaderos formó además un grupo interinstitucional que reúne especialistas académicos, técnicos gremiales e institutos de investigación agropecuaria para coordinar acciones y mejorar la respuesta sanitaria ante un problema que se vuelve cada vez más complejo.
Un parásito que avanza y pone en riesgo la producción nacional
La expansión de la garrapata en Uruguay se explica por una combinación de factores sanitarios, climáticos y productivos. En los últimos años, el parásito amplió su distribución territorial y desarrolló mayor resistencia debido al uso intensivo y, en ocasiones, inadecuado de garrapaticidas. A esto se suma el impacto del cambio climático, que favorece la supervivencia de las generaciones del parásito en ambientes cada vez más cálidos.
Según explicó la técnica del MGAP, Leticia Luengo, Uruguay cuenta con territorios ecológicos donde la garrapata se desarrolla con facilidad. El aumento sostenido de la temperatura, la forestación y la presencia de montes de abrigo crean condiciones favorables para su reproducción. Esto genera un riesgo creciente para el rodeo vacuno, ya que la parasitosis puede causar pérdida de peso, transmisión de hemoparásitos y, en casos severos, la muerte de los animales afectados.
Las consecuencias económicas no son menores. Un informe reciente de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria estimó que las pérdidas derivadas de la garrapata en Uruguay alcanzan los 95 millones de dólares anuales, aproximadamente el 3% de la producción primaria de carne. El impacto afecta la productividad, eleva los costos sanitarios e incide sobre inversiones clave como la mejora genética del rodeo.
Uso responsable de garrapaticidas y cuidado de la inocuidad alimentaria
En este contexto, el uso responsable de garrapaticidas se volvió un punto crítico en la estrategia del MGAP para controlar la garrapata en Uruguay. Los técnicos advierten sobre la presencia de residuos químicos en productos de origen animal cuando los tratamientos no se aplican correctamente. Esto puede generar complicaciones tanto en el mercado local como en los destinos internacionales, donde los requisitos de inocuidad son cada vez más exigentes.
Por ese motivo, el Ministerio insiste en que los productores deben seguir protocolos de aplicación, respetar las dosis y rotar los principios activos para evitar el desarrollo de resistencia. La estrategia forma parte de un enfoque de manejo integrado de parásitos, que combina medidas químicas, biológicas y de gestión predial.
Capacitaciones, talleres y acompañamiento para miles de productores
Para acompañar a los productores en la toma de decisiones sanitarias, el MGAP capacitó a funcionarios que hoy actúan como agentes sanitarios. Estos equipos realizan talleres y jornadas prácticas en diversos puntos del país, donde se explican los ciclos biológicos del parásito, los sistemas de prevención y las herramientas disponibles para limitar su presencia.
Durante los últimos cuatro meses se realizaron dos grandes encuentros formativos y se prevé replicar la experiencia en 2026. Más de 2.500 productores ya participaron en estas instancias, lo que evidencia el interés y la necesidad de contar con información actualizada sobre la garrapata en Uruguay y sus implicancias.
Para Luengo, es fundamental conocer el estado sanitario de cada establecimiento, su delimitación, los movimientos de ganado y la posibilidad de aplicar cuarentenas cuando ingresan animales de otros predios. Esta información permite anticipar brotes y controlar mejor la propagación del parásito.
Investigación, vacunas y nuevas herramientas para el control sanitario
El plan incluye líneas de trabajo vinculadas al desarrollo de nuevas herramientas para enfrentar la garrapata en Uruguay. Con el apoyo de instituciones científicas, el MGAP impulsa la evaluación de bioacaricidas y otras alternativas destinadas a reducir la cantidad de tratamientos anuales.
En este marco, el Instituto Pasteur avanza en una vacuna experimental contra la garrapata. La inmunización comenzó esta semana en diferentes establecimientos, con más de 4.000 animales que recibirán tres dosis. La diversidad de cargas parasitarias permitirá evaluar su eficacia en condiciones reales de producción, y los primeros resultados estarán disponibles a partir de mayo.
Otra herramienta destacada es la hemovacuna desarrollada por la División de Laboratorios Veterinarios del MGAP para prevenir la “tristeza parasitaria” en terneros de entre tres y nueve meses. Según Luengo, esta vacuna otorga inmunidad de por vida y se integra al proyecto Procría, que busca fortalecer la ganadería de cría mediante sistemas más sostenibles y rentables.
¿Logrará esta combinación de investigación, capacitación y nuevas tecnologías reducir de forma sostenida la presencia de la garrapata en Uruguay en los próximos años?