Pablo Caggiani denuncia violencia escolar y cuestiona su desafiliación del gremio docente

Pablo Caggiani habló sobre su desafiliación de Ademu y la creciente preocupación por la violencia escolar en Uruguay.

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Pablo Caggiani llama a frenar la violencia escolar y promover el diálogo educativo.

Pablo Caggiani advierte sobre la violencia escolar y pide fortalecer la convivencia educativa

El presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Pablo Caggiani, reflexionó sobre su desafiliación del gremio de maestros y sobre los recientes episodios de violencia escolar que sacudieron al sistema educativo uruguayo. Su testimonio llega en un momento de fuerte debate sobre el rol de los sindicatos, la seguridad en las escuelas y el futuro de la educación pública.

Un episodio que marcó un punto de inflexión

Durante el paro docente de la semana pasada, Caggiani fue increpado por manifestantes frente a la Torre Ejecutiva, un hecho que calificó como “doloroso y fuera de lugar”. “Tengo más de veinte años de militancia sindical y me resultó difícil comprender esta reacción”, dijo. La asamblea de la Asociación de Maestros del Uruguay (Ademu) decidió su desafiliación, lo que amplificó las tensiones dentro del gremio.

El presidente de la ANEP lamentó lo ocurrido, subrayando que los hechos violentos “no representan al verdadero espíritu del movimiento sindical ni a los educadores uruguayos”. Afirmó que su prioridad sigue siendo fortalecer la convivencia en los centros educativos y garantizar la seguridad de docentes y estudiantes.

Violencia escolar en aumento y preocupación en el sistema educativo

El conflicto que derivó en el paro docente tuvo su origen en la violencia escolar ocurrida en la escuela N° 123 del barrio Jardines del Hipódromo, donde una madre y un grupo de jóvenes agredieron a maestros y alumnos. El hecho motivó una paralización de tres días y generó un fuerte reclamo por mejores condiciones de seguridad en las escuelas.

Caggiani reconoció la gravedad de lo sucedido: “Fue un episodio doloroso que puso en evidencia la necesidad de repensar cómo resolvemos los conflictos dentro de los centros educativos”. Explicó que, desde entonces, la ANEP y Ademu Montevideo trabajan de manera coordinada para reforzar los protocolos de actuación ante casos de violencia escolar y proteger la integridad de la comunidad educativa.

El presidente de la ANEP remarcó que “la escuela debe ser un espacio de respeto y de resolución pacífica de conflictos”, y que los hechos recientes no pueden repetirse.

Maestros uruguayos reclaman medidas ante el aumento de la violencia escolar en las aulas.

Docentes de todo el país exigieron mayor protección y protocolos frente a casos de violencia escolar. Foto: Dante Fernandez / FocoUy

Medidas institucionales y coordinación interinstitucional

Tras los incidentes, la ANEP convocó a una serie de reuniones con el Ministerio del Interior, la Fiscalía General de la Nación, la Federación Uruguaya de Magisterio y la Dirección de Derechos Humanos. El objetivo fue establecer una estrategia común para enfrentar la violencia escolar y prevenir situaciones de riesgo en centros educativos.

Entre las medidas acordadas se encuentra el despliegue de equipos de Policía Comunitaria en zonas escolares, el refuerzo de la presencia policial en horarios críticos y la creación de una mesa interinstitucional de respuesta rápida ante episodios de agresión. Estas acciones buscan restaurar la confianza y asegurar la protección de maestros, alumnos y familias.

Caggiani destacó que el diálogo entre el Poder Ejecutivo y los gremios permitió avanzar en soluciones concretas. “La violencia no puede ser parte de la vida escolar. Cada acto violento debilita la convivencia y la confianza que necesita la educación pública”, sostuvo.

Apoyo político y reacciones gremiales

La desafiliación de Caggiani provocó una ola de reacciones políticas y sindicales. Desde el Frente Amplio, varios dirigentes expresaron su respaldo. El ministro de Educación y Cultura, José Carlos Mahía, manifestó “total confianza” en la labor de Caggiani y valoró su trayectoria dedicada a la educación pública.

El diputado Sebastián Valdomir criticó la decisión de Ademu, asegurando que “romper puentes con una desafiliación compulsiva dice más de quienes la impulsan que de quien la sufre”. Otros legisladores, como Julieta Sierra y Agustín Mazzini, destacaron el trabajo del presidente de la ANEP para restablecer la calma tras los episodios de violencia escolar.

En contraste, el senador Sebastián Da Silva, del Partido Nacional, apoyó la desafiliación señalando que “estar fuera del gremio le permitirá ver mejor la realidad del sistema”. La diversidad de posturas refleja la sensibilidad del tema y la centralidad de la educación en la agenda pública.

El rol del diálogo y la convivencia

Más allá de las tensiones sindicales, Caggiani insistió en la importancia del diálogo y el trabajo conjunto entre las instituciones. Recordó que los desafíos educativos no se resuelven con enfrentamientos, sino con políticas sostenidas y cooperación entre actores sociales.

“Evitar la violencia escolar requiere compromiso de todos: del Estado, los docentes, las familias y los estudiantes. No hay soluciones mágicas, pero sí caminos posibles si priorizamos la convivencia”, señaló el jerarca de la ANEP.

La ANEP planea ampliar las capacitaciones en resolución de conflictos y mediación escolar, con el apoyo del Ministerio de Educación y Cultura y la Unesco. El objetivo es que cada centro educativo cuente con herramientas de contención y acompañamiento ante situaciones de tensión.

Un problema estructural que exige respuesta

El fenómeno de la violencia escolar no es nuevo en Uruguay, pero los últimos hechos han expuesto su crecimiento y la falta de recursos institucionales para prevenirlo. Docentes denuncian agresiones verbales, amenazas y deterioro del clima escolar en distintos departamentos del país.

Para Caggiani, este contexto obliga a un cambio de enfoque: “La violencia escolar no puede naturalizarse. Cada incidente debe servirnos para reforzar la confianza entre la escuela y la comunidad. La educación debe volver a ser un espacio seguro para aprender y convivir”.

Con el levantamiento del paro docente y la reanudación de clases, el debate continúa abierto. La violencia escolar se consolidó como un tema urgente en la agenda nacional, obligando a revisar protocolos, fortalecer vínculos y recuperar la confianza en el sistema educativo.

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