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Ataque a Emiru en TwitchCon: Twitch promete donación pero admite fallos en seguridad
Montevideo, 9 de noviembre de 2025. La comunidad global de creadores de contenido volvió a quedar sacudida luego del ataque a Emiru, streamer estadounidense agredida durante la TwitchCon San Diego 2025. El episodio, captado en video, desató una ola de críticas hacia la plataforma por su falta de reacción inmediata y por la evidente debilidad de sus protocolos de seguridad en eventos presenciales.
Días más tarde, Twitch publicó un comunicado en su cuenta de X (antes Twitter) reconociendo errores y anunciando una donación a organizaciones contra la violencia sexual, aunque sin especificar montos ni acciones concretas.
Twitch reconoce su responsabilidad
En su mensaje oficial, la empresa admitió que “no logró proteger a Emiru”. “Aunque Twitch se esfuerza por mantener seguros a los asistentes de TwitchCon, en este caso no logramos evitar la agresión”, indicó el texto, firmado por el equipo directivo.
La declaración fue vista como un gesto de autocrítica necesario, pero insuficiente. La comunidad de streamers cuestionó la falta de medidas preventivas y la demora en proporcionar información a la policía sobre el atacante.
Emiru, cuyo nombre real es Emily-Beth Schunk, denunció que Twitch se negó inicialmente a entregar los datos del agresor a las autoridades, lo que habría retrasado la investigación. “El hombre pudo escapar muy lejos de San Diego porque todo se retrasó”, afirmó en un video publicado tras el incidente.
Qué ocurrió durante el ataque a Emiru
El episodio se produjo durante el primer día del evento, cuando un asistente se abalanzó sobre la creadora, intentando besarla y tocarle el rostro. El guardaespaldas intervino de inmediato, pero el agresor logró huir del recinto.
Semanas después, gracias a una denuncia anónima, el sujeto fue identificado y puesto bajo investigación. Sin embargo, el hecho dejó en evidencia las fallas de seguridad en eventos organizados por la plataforma.
“Nos preocupa que Twitch no tuviera un protocolo inmediato ante situaciones de agresión física o acoso”, señalaron representantes de asociaciones de creadores.
Reacciones y críticas en la comunidad
El ataque a Emiru provocó indignación global. Los hashtags #JusticiaParaEmiru y #SeguridadParaStreamers se convirtieron en tendencia. Figuras destacadas del streaming, como Pokimane y Valkyrae, expresaron solidaridad y pidieron cambios estructurales en la organización de los eventos.
Algunos creadores incluso anunciaron que no asistirán a futuras TwitchCon hasta que se garantice un entorno seguro para las mujeres.
Twitch, por su parte, anunció una donación a instituciones que luchan contra la violencia sexual, pero sin detallar su alcance. El CEO Dan Clancy se disculpó públicamente, aunque hasta ahora no se han comunicado nuevos protocolos de seguridad.
Violencia de género en la industria del gaming
El caso de Emiru no es aislado. Expertos en género y tecnología coinciden en que la agresión refleja una cultura de acoso y misoginia persistente en el mundo gamer.
“La invasión del espacio personal de las mujeres creadoras es una forma de violencia simbólica y física que sigue normalizándose”, explicó una especialista consultada por El Observador. “El problema no es solo un fan exaltado, sino una estructura que no prioriza la seguridad de las mujeres”.
Diversos colectivos feministas exigieron a Twitch incorporar equipos de respuesta inmediata, capacitaciones en violencia de género y un registro público de incidentes en sus convenciones.
Twitch bajo presión: del arrepentimiento a la acción
La respuesta de la compañía ha sido considerada reactiva y tardía. Aunque la donación fue recibida como un gesto positivo, la falta de cambios concretos generó escepticismo entre usuarios y creadores.
La plataforma informó que abrirá un canal de diálogo con representantes de la comunidad para revisar los protocolos de seguridad, pero aún no hay resultados visibles.
Mientras tanto, Emiru retomó sus transmisiones, aunque con medidas de protección adicionales y un equipo de seguridad personal reforzado.
El ataque a Emiru se transformó así en un símbolo del debate sobre seguridad, responsabilidad corporativa y violencia de género en la industria tecnológica.
¿Será este caso el punto de inflexión que obligue a Twitch —y al mundo del streaming— a asumir, por fin, la protección real de sus creadoras?
