Diego Lugano Tenfield: una batalla judicial que sacude al fútbol uruguayo
El conflicto entre Diego Lugano y Tenfield se transformó en un caso emblemático del fútbol uruguayo. La empresa, dueña de los derechos televisivos, presentó una demanda por 30 millones de dólares contra el excapitán de la selección, acusándolo de liderar un complot para desestabilizar su relación con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y afectar sus intereses comerciales.
Una disputa con historia y múltiples actores
El enfrentamiento entre Diego Lugano Tenfield tiene raíces en la discusión sobre los derechos de imagen de los futbolistas uruguayos. Según fuentes cercanas a la compañía, el exjugador mantuvo reuniones con figuras del deporte y del Carnaval —ambos vinculados a la empresa— con el objetivo de influir en su posición dentro del negocio audiovisual del país.
El entorno del exfutbolista niega las acusaciones y sostiene que su única intención fue asesorar a los jugadores y defender sus ingresos, sin obtener ningún beneficio personal. Según explican allegados, Lugano siempre buscó fortalecer la autonomía de los futbolistas frente a las grandes empresas del entretenimiento deportivo.
El nacimiento de “Más Unidos Que Nunca”
La sensación de injusticia por la distribución de los ingresos televisivos fue el punto de partida para el movimiento Más Unidos Que Nunca, integrado por futbolistas locales con el apoyo directo de Diego Lugano. Este grupo impulsó una renovación en la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, que culminó en 2016 con la rescisión del contrato de imagen que mantenían con Tenfield.
Tres años después, la Mutual demandó tanto a la AUF como a Tenfield, reclamando los pagos atrasados por derechos de imagen de los futbolistas desde el fin de aquel acuerdo. Como respuesta, Tenfield contrademandó a Diego Lugano, acusándolo de conspirar contra la empresa y exigir una compensación millonaria por daños económicos.
Posturas opuestas y tensiones crecientes
Desde el entorno de Lugano aseguran que Tenfield intenta crear la idea de que un fallo favorable a la Mutual generaría caos en el sistema futbolístico, cuando en realidad significaría reconocer derechos laborales y económicos vulnerados durante años.
Por su parte, la empresa insiste en que el accionar del exjugador provocó pérdidas y afectó contratos de larga data con la AUF y otros socios comerciales.
El caso Diego Lugano Tenfield no se limita a una disputa legal: refleja un cambio estructural en la forma en que los deportistas reclaman control sobre su propia imagen y participación en los ingresos que generan.
Un contexto de poder y política deportiva
La tensión volvió a escalar cuando la AUF dio a conocer las 17 ofertas por los nuevos derechos televisivos, que alcanzan una cifra cercana a los 30 millones de dólares. Mientras el presidente Ignacio Alonso presentaba las propuestas, Diego Lugano se encontraba en la sede de la AUF, pero tuvo que retirarse junto a miembros de la Mutual para asistir a una audiencia judicial vinculada al caso.
La coincidencia entre ambos hechos muestra cómo el conflicto Diego Lugano Tenfield atraviesa tanto lo deportivo como lo institucional. No se trata solo de un reclamo económico, sino de una discusión profunda sobre quién controla los ingresos del fútbol uruguayo.
Un juicio que puede marcar un antes y un después
El resultado del juicio entre Tenfield, la Mutual y Diego Lugano será determinante para el futuro del fútbol local. Si la sentencia favorece a la empresa, reforzará el modelo comercial que ha regido por décadas. Pero si la Justicia falla a favor de los jugadores, se abrirá una nueva etapa en la que los futbolistas podrían obtener mayor poder sobre sus derechos y una porción más justa del negocio audiovisual.
Para muchos observadores, el caso Diego Lugano Tenfield simboliza la lucha entre el poder corporativo y los derechos de los protagonistas del deporte. Su desenlace no solo afectará a los involucrados, sino que marcará cómo se negociarán los derechos de imagen en el fútbol uruguayo en los próximos años.













