Excura uruguayo Juan José Sant’Anna enfrenta pedido formal de extradición por abusar de 30 niños en Bolivia
La Justicia uruguaya recibió el pedido formal de extradición del excura Juan José Sant’Anna, acusado de abusar sexualmente de 30 menores en un internado de Tapacarí, Cochabamba (Bolivia) en 2007. El exsacerdote permaneció 17 años prófugo, hasta ser ubicado en Salto en agosto pasado.
La solicitud de extradición
El documento remitido por el Estado boliviano a la Justicia uruguaya detalla los abusos cometidos entre 2005 y 2007 mientras Sant’Anna ejercía funciones religiosas en un hogar administrado por la Iglesia.
Según la solicitud, las víctimas eran niños y adolescentes de entre 6 y 18 años, alojados en el internado Ángel Gelmi. Los testimonios recogidos por las autoridades describen un patrón repetido de agresiones sexuales bajo engaños.
Un testigo clave afirmó que el exsacerdote reconoció los abusos ante un delegado del arzobispo de Cochabamba.
De concretarse la extradición, Sant’Anna será juzgado en Bolivia por “abuso deshonesto agravado”, delito no prescripto según la legislación local.
Recurso externo: Interpol – Alerta Roja de detención internacional
De aspirante salesiano a prófugo internacional
Juan José Sant’Anna inició su formación en 1989 en la Congregación Salesiana en Uruguay, pero abandonó antes de ser ordenado debido a “dificultades para la vida en comunidad”, según consta en los registros internos.
Años más tarde, en 2005, se ordenó sacerdote en Bolivia y fue asignado al internado Ángel Gelmi, donde atendía a más de 120 niños.
El 27 de octubre de 2007, tras una carta de religiosas denunciando comportamientos sospechosos, la Fiscalía de Cochabamba inició una investigación.
Tres días después, autoridades y psicólogos confirmaron los primeros casos de abuso.
El patrón de abuso
Los testimonios de los menores coinciden: Sant’Anna llevaba a los niños a su cuarto con pretextos falsos, como ver videos, y allí cometía los abusos.
Algunos lograron escapar, pero otros denunciaron tocamientos y violencia sexual reiterada.
Las víctimas relataron que el sacerdote cerraba las puertas con llave y seleccionaba a los niños en la noche desde los dormitorios del internado.
“Asumió haber cometido los abusos”, declaró un sacerdote delegado del arzobispo, según consta en la solicitud boliviana.
La huida y los años en la clandestinidad
Cuando la justicia boliviana comenzó el proceso judicial en 2007, Sant’Anna huyó.
El 5 de noviembre de ese año se presentó la denuncia penal formal y, el 14 de noviembre, se emitió una orden de captura.
Sin embargo, el cura ya se encontraba fuera del país.
En 2011 fue declarado “en rebeldía”, lo que interrumpió la prescripción del delito.
Desde entonces, permaneció oculto en Salto, en la casa de sus padres, hasta su detención en septiembre de 2024, luego de la publicación de un reportaje que reveló su paradero.
La Iglesia y los cuestionamientos
El caso Sant’Anna vuelve a poner bajo la lupa el rol de la Iglesia Católica en el manejo de denuncias de abuso.
En Bolivia, las autoridades religiosas demoraron 20 días en reportar el caso a la justicia, lo que facilitó la fuga del cura a Uruguay.
El arzobispo de Cochabamba había conformado una comisión interna, pero las acciones judiciales se iniciaron solo tras insistencia del Servicio de Gestión Social.
Mientras tanto, Sant’Anna fue trasladado a una vivienda aislada, donde permaneció hasta su huida definitiva.
El proceso judicial pendiente
El expediente boliviano detalla que la acusación formal fue presentada en 2010, y la resolución conclusiva del caso data de abril de 2010.
El Estado de Bolivia sostiene que la rebeldía judicial mantiene vigente la posibilidad de juzgarlo y que el delito no está prescripto bajo su legislación.
Actualmente, Sant’Anna se encuentra recluido en Uruguay a la espera de que la Corte Suprema de Justicia resuelva el pedido de extradición.
El trámite puede demorar varios meses y podría incluir apelaciones por parte de la defensa.
Repercusiones y postura de la Iglesia uruguaya
El arzobispo Daniel Sturla se refirió al caso públicamente, expresando su “dolor” por los hechos y asegurando que la Iglesia uruguaya “colaborará plenamente con la justicia”.
No obstante, víctimas y organizaciones de derechos humanos reclaman una posición más firme del Vaticano y medidas concretas contra los abusos clericales.
Un caso que revive el debate sobre la impunidad
El caso Sant’Anna refleja las fallas estructurales en la respuesta de la Iglesia y de los sistemas judiciales ante delitos sexuales cometidos por clérigos.
También plantea la necesidad de cooperación internacional efectiva para evitar que los acusados encuentren refugio en sus países de origen.
Organizaciones de víctimas en América Latina piden a Uruguay que priorice el interés de la justicia y los derechos de los niños en su decisión sobre la extradición.
El excura Juan José Sant’Anna enfrenta ahora la posibilidad de ser extraditado a Bolivia, donde deberá responder por los abusos cometidos contra 30 niños hace casi dos décadas.
Su caso simboliza la larga lucha contra la impunidad en la Iglesia y el reclamo de justicia de las víctimas.
