No acusará a Hamás de violar el alto el fuego porque sabía con antelación que la probabilidad de una identificación con éxito era mínima.
El Ejército de Israel ha confirmado que los últimos tres restos mortales entregados por el movimiento islamista palestino Hamás no pertenecen a israelíes, según la evaluación preliminar de sus forenses. A pesar de esta aclaración, se ha optado por no declarar la situación como una violación del alto el fuego del 11 de octubre, dado que las milicias habían advertido previamente sobre la alta probabilidad de que se presentara esta circunstancia.
Hamás debe aún entregar los cuerpos sin vida de once israelíes como parte de los acuerdos establecidos para el cese de hostilidades. Sin embargo, el movimiento palestino ha denunciado que Israel ha continuado sus ataques desde la entrada en vigor del alto el fuego. Además, Hamás ha solicitado tiempo adicional para cumplir con esta obligación, argumentando la complejidad de localizar los restos, que se encuentran sepultados bajo toneladas de escombros.
Proceso de entrega de restos mortales
La última entrega de restos, realizada el viernes, se llevó a cabo bajo la mediación habitual del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Este organismo, en una comunicación interna, reafirmó su papel como «intermediario neutral», entendiendo que la búsqueda de los cuerpos y su identificación queda a cargo de Hamás y las autoridades israelíes, respectivamente.
A primera hora de la mañana, el Instituto Nacional de Medicina Forense de Abu Kabir emitió su primera valoración, en la que se concluye que los restos entregados «no pertenecen a rehenes israelíes». Este informe coincide con las declaraciones de los militares israelíes al respecto.
Valoración militar de la situación
Fuentes del Ejército han detallado que, a la espera de decisiones futuras del Gobierno, lo ocurrido no se considera una violación del alto el fuego. Desde el inicio del proceso, se tenía la certeza de que la probabilidad de que estos restos fueran de los rehenes era mínima. Así, se prefiere que Hamás entregue los restos para validar su autenticidad.
Además, se ha indicado que «este incidente en particular no se clasifica como una violación, pues la probabilidad de que los objetos pertenecieran a los secuestrados era considerada baja desde un inicio». Las mismas fuentes han expresado que Hamás continúa en un error grave al no devolver los cadáveres.
Reacción de Hamás
En un comunicado posterior, las Brigadas Ezzeldín al Qassam, el brazo armado de Hamás, han intentado aclarar que, para facilitar los trámites, propusieron a Israel ofrecer «muestras de algunos de los restos». Esto con el objetivo de acelerar el proceso de identificación y entrega.
Sin embargo, Israel rechazó la oferta, insistiendo en la necesidad de recibir los cuerpos para su análisis. Este requerimiento se llevó a cabo en un esfuerzo por prevenir «cualquier tipo de reclamación enemiga», según lo expresado por el movimiento palestino en sus declaraciones.
Implicaciones del conflicto
Este incidente se sitúa en un contexto más amplio de confrontaciones y negociaciones entre ambas partes. La entrega de cuerpos y la identificación de restos son temas delicados, que reflejan no solo la situación humanitaria, sino también las tensiones políticas que persisten. La dificultad para localizar los cuerpos bajo los escombros es una muestra de los estragos que el conflicto ha causado.
Además, la mediación del CICR es crucial en este proceso. Su rol como intermediario busca garantizar que el intercambio de restos se realice de manera ética y respetuosa, evitando tensiones adicionales entre las partes en conflicto.
La situación actual sigue siendo tensa, con ambas partes en constante vigilancia de las acciones del otro. La entrega de cuerpos y la resolución del conflicto humanitario son esenciales para la paz a largo plazo, aunque los acontecimientos recientes dejan ver la complejidad de lograr un entendimiento mutuo.
