Bustillo rompe el silencio sobre el caso Marset y apunta a Ache y Jorge Díaz
Dos años de silencio político
El caso Marset marcó uno de los episodios más tensos de la política uruguaya reciente. A dos años de su renuncia como canciller, Francisco Bustillo decidió hablar y ofrecer su versión.
- Bustillo rompe el silencio sobre el caso Marset y apunta a Ache y Jorge Díaz
- Dos años de silencio político
- La entrevista que reavivó el escándalo
- El rol de Carolina Ache y Jorge Díaz
- El caso Marset y la entrega del pasaporte
- La grabación del “tirá el celular”
- Las acusaciones cruzadas y la política interna
- El trasfondo institucional en Cancillería
- Las reacciones y consecuencias
- El mensaje final de Bustillo
Desde su salida, el silencio había alimentado especulaciones sobre su papel en la entrega del pasaporte al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset. Ahora, Bustillo apunta directamente a Carolina Ache y Jorge Díaz, a quienes acusa de urdir una operación política.
La entrevista que reavivó el escándalo
En diálogo con Malos Pensamientos (Azul FM), el excanciller defendió su gestión y acusó a Díaz —actual prosecretario de Presidencia— de haber “arrastrado a Ache con intenciones políticas”.
Según sus palabras, esa maniobra habría sido recompensada con el nombramiento de Ache como embajadora en Portugal: “Favor con favor se paga”.
El rol de Carolina Ache y Jorge Díaz
Bustillo sostiene que Ache fingió desconocer la gravedad del caso mientras ocupaba el cargo de vicecanciller. Afirma que bajo su responsabilidad estaban las áreas donde se tramitó el pasaporte de Marset.
Respecto a Jorge Díaz, lo acusa de haber influido para grabar conversaciones y construir una estrategia jurídica y política destinada a dañar al entonces presidente Luis Lacalle Pou.
El caso Marset y la entrega del pasaporte
Bustillo reiteró que la Cancillería actuó conforme a la normativa y que el trámite fue puramente administrativo.
Según su versión, los pasos clave del proceso se dieron cuando él se encontraba de viaje y Ache ejercía como ministra interina. En ese contexto, se autorizó el trámite y el intento de enviar el pasaporte en valija diplomática hacia Emiratos Árabes.
El excanciller insistió en que nunca fue informado de reuniones entre Ache y el abogado de Marset, Alejandro Balbi.

La grabación del “tirá el celular”
Uno de los momentos más recordados del escándalo fue la filtración del audio donde Bustillo decía a Ache: “Tirá el celular”.
El exministro aclaró que esa frase fue una reacción emocional en una conversación privada, sin intención literal. Alegó que Ache lo “provocó” y que grabar ese diálogo fue un acto “deleznable”.
La grabación, según él, fue utilizada fuera de contexto para justificar una narrativa política.
Las acusaciones cruzadas y la política interna
Bustillo no escatimó críticas al Frente Amplio, que lo acusó de mentir al Parlamento durante la interpelación por el caso Marset.
El exministro sostiene que la oposición buscó capitalizar el episodio para dañar la imagen del gobierno. En su relato, el “entramado” incluyó presiones internas y estrategias jurídicas orquestadas desde fuera del Ministerio.
El trasfondo institucional en Cancillería
El caso no solo se trató en la Justicia, sino también en una investigación administrativa.
Bustillo denunció irregularidades en el sumario que lo involucra junto a Carlos Mata, exjefe de Jurídica del Ministerio. Afirma que dicho proceso “viola principios básicos del Derecho Administrativo” y responde a motivaciones políticas más que a hechos comprobables.
Las reacciones y consecuencias
El retorno público de Bustillo reaviva un debate sobre la ética, la lealtad y el poder dentro del Estado uruguayo.
Mientras Ache mantiene silencio sobre las declaraciones, el oficialismo analiza el impacto institucional.
En redes sociales, la frase “favor con favor se paga” se convirtió en tendencia, amplificando el alcance de sus declaraciones.
El mensaje final de Bustillo
Bustillo concluyó con una frase cargada de ironía política:
“Cuando el animal tiene cuatro patas y cola, es gato. El gato se llama Jorge Díaz”.
Con eso reafirma su convicción de haber sido víctima de una operación coordinada.
Para vos, lector, el caso Marset sigue siendo una trama abierta que combina política, justicia y poder mediático.



 
			 
		 
                                
                              
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		