El debate sobre la eutanasia en Uruguay tuvo un capítulo histórico en la Cámara de Diputados, donde el proyecto de ley conocido como “muerte digna” obtuvo media sanción tras una extensa sesión que se prolongó hasta la madrugada del miércoles 13. La discusión no se limitó a tecnicismos jurídicos ni a argumentos médicos: estuvo atravesada por los testimonios de pacientes y familiares que pusieron nombre y rostro al sufrimiento detrás de la norma.
El diputado frenteamplista Luis Gallo, médico de profesión, abrió la sesión con un discurso cargado de emoción. Recordó a Pablo Salgueiro y Fernando Sureda, ambos fallecidos luego de atravesar enfermedades que les provocaron intensos dolores sin la posibilidad de acceder a la eutanasia. “Honremos su memoria con la aprobación de esta ley”, pidió con la voz entrecortada.
Gallo también relató la situación de Pablo Cánepa, un hombre de 38 años con ataxia cerebelosa, una enfermedad rara y progresiva que lo dejó inmovilizado en apenas tres años. Su madre, Mónica, escribió una carta en la que dejó en claro el deseo de su hijo: terminar con el sufrimiento. Aunque destacó la atención de los cuidados paliativos, señaló que estos llegan a un límite cuando el deterioro físico y emocional es irreversible.

La sesión incluyó además el testimonio de Beatriz Gelós, una docente de 71 años que padece ELA desde hace casi dos décadas. Incapaz de realizar actividades cotidianas como bañarse sola o sostener a sus nietos, Gelós expresó su deseo de contar con una ley que le permita decidir cuándo detener lo que definió como un “calvario progresivo”. Presente en las barras del Parlamento, fue una de las voces que más resonó en el recinto.
La presencia de familiares también aportó un fuerte componente emocional. Florencia Salgueiro, hija de Pablo Salgueiro, recordó en la red social X a su padre, fallecido a los 57 años con ELA. “Mañana la eutanasia va a tener media sanción y yo voy a poder recordarlo con un poquito menos de dolor por la injusticia que fue el final de su vida”, escribió antes de la votación.

Los legisladores que apoyaron el proyecto sostuvieron que el punto central del debate es el reconocimiento del derecho de cada persona a decidir sobre el final de su vida. Los opositores, en cambio, advirtieron que la discusión no puede reducirse a “sufrir o morir” y cuestionaron la idea de que exista un derecho a disponer de la propia vida.
Con la media sanción en Diputados, el proyecto pasará al Senado, donde se espera que reciba la aprobación definitiva antes de fin de año. De concretarse, Uruguay se sumará al reducido grupo de países que han regulado la eutanasia como una opción legal para personas con enfermedades graves e irreversibles.