Montevideo es uno de los puertos más caros del mundo para cruceros, advierte el sector.
El sector turístico advierte que los costos portuarios en la región afectan la llegada de cruceros y piden ajustes.

Martín Reynolds
Periodista
A bordo de una de las embarcaciones más imponentes de la región, el representante del sector turístico en el país advirtió sobre el impacto del aumento en los costos operativos para los cruceros que arriban a Sudamérica. En un contexto donde las compañías buscan destinos rentables, la región se posiciona entre las más caras del mundo, lo que pone en riesgo la llegada de nuevas embarcaciones.
Uno de los principales puntos de conflicto es el incremento en la extracción de residuos orgánicos, que pasó de USD 200 a USD 2.000 por servicio, además del pago de un control fronterizo de USD 2,5 por pasajero al embarcar y desembarcar. Estos sobrecostos, según indican desde el sector, desaientan a las empresas a mantener rutas en la región.
Desde la Asociación de Agencias de Viajes se planteó la necesidad de reducir los costos portuarios, especialmente en Montevideo, que hoy en día es más caro que puertos de gran envergadura como Barcelona o Dubái. "Las compañías de cruceros operan donde mejor les conviene, y en Sudamérica los costos son los más altos del mundo", señaló.
Las empresas del sector proyectan que la temporada 2025-2026 cerrará con 143 mil pasajeros en rutas que incluyen Brasil, Argentina y Uruguay. Sin embargo, advierten que si los costos siguen en ascenso, podrían evaluar reducir la frecuencia o incluso modificar los itinerarios.
En este contexto, las autoridades entrantes del área de turismo han tomado nota del planteo y aseguran que el tema está en agenda para ser analizado. La subsecretaria designada reconoció la importancia de la actividad de los cruceros y la necesidad de evaluar soluciones que favorezcan al sector sin comprometer la operativa de los puertos.
Mientras tanto, el Costa Diadema, una de las embarcaciones más destacadas de la compañía italiana, sigue haciendo escala en Uruguay. Con una altura equivalente a un edificio de 17 pisos y capacidad para casi 5.000 pasajeros, el buque ofrece múltiples comodidades, como piscinas, jacuzzis, gimnasio y espectáculos diarios, consolidándose como una opción atractiva para los viajeros.
El debate sobre la rentabilidad de operar en la región sigue abierto, y el desafío será encontrar un equilibrio entre los costos y la competitividad del destino.